Desde hace un tiempo, y probablemente sea porque estoy metido en el tema desde hace un tiempo, he estado viendo la evolución de los métodos mixtos y cómo éstos han comenzado a asentarse en una pequeña comunidad de científicos sociales, entre los cuales me incluyo. Esencialmente sigo siendo un metodólogo cuantitativo con alguna instrucción en cualitativa, así que mi derivación a la metodología mixta es muy entendible.

Mi inquietud actual tiene relación con la intuición que tengo relativa a los métodos mixtos. Creo que será el futuro y en ese futuro, quien peor lo verá serán las metodologías cualitativas. La razones son muchas, pero la principal está vinculada con el mayor obstáculo de lo cualitativo para la gran mayoría de los investigadores.

Esto es, la necesidad de un enorme conocimiento de base para emprender algunas de las líneas de trabajo más tradicionales, en particular aquellas vinculadas al análisis del discurso. Para emprender investigaciones en estas áreas muchas veces se exige saber de Foucault, Derrida, Austin, Wittgenstein, entre otros, lo que representa una elevada curva de aprendizaje para muchos. A ello debemos sumar que los investigadores no necesariamente están interesados en el pensamiento de estos autores y sin embargo quieren hacer uso de las técnicas de análisis tradicionalmente asociadas a estas perspectivas.

Hay una dificultad adicional, no hay software asociado al análisis del discurso, se pueden usar claro está programas como Atlas.ti, pero representa una aplicación forzada de un programa que fue desarrollado con la Grounded Theory en mente y no con análisis del discurso, el resultado siempre será un híbrido monstruoso que no obedece ni a análisis del discurso ni a análisis de Teoría Fundamentada.

Todo esto ha llevado a que las perspectivas de treabajo cualitativo más «intelectuales» queden algo más relegadas (al interior de los cuerpos académicos de diversas facultades en la universidad) que el trabajo cualitativo cuyas prácticas de investigación se desarrollaron en terreno y no desde el pensamiento de grandes autores. Lo que ha implicado que libros como Qualitative Data Analysis de Miles y Huberman (1994) sigan siendo sorprendentemente actuales a pesar de su años.

Y entonces ¿qué ha ocurrido? que muchos investigadores se están decantando por la metodología mixta que tiene dos características bastante notorias:

  1. Es esencialmente pragmática y en consecuencia,
  2. No requiere de profundos conocimientos sobre los fundamentos de las metodologías cualitativas al uso

De hecho, los fundamentos de la metodología mixta no son ideologías, como en lo meramente cualitativo, sino más bien prácticas de investigación. Tiendo a creer que los gringos, tan prácticos ellos, han empezado a privilegiar esta forma de trabajo, que tiene una ventaja adicional, permite mantener la metodología cuantitativa en el mismo pie que tuvo siempre. De hecho, y aunque esto es sólo mi idea personal, creo que la metodología mixta es más bien la nueva cara de la metodología cuantitativa, con una cara digamos, más afable respecto del trabajo cualitativo.

No quiero ser agorero, pero tengo la intuición (a la que me sumo desde ya!) que la metodología mixta vendrá con fuerza, pasando a llevar en particular la postura, siempre difícil de tragar, asumida por los sociocríticos. ¿La pragmática en pugna con lo sociocrítico? puede ser y dada la naturaleza algo simplona del ser humano, me temo que lo primero tenderá a quedarse.

Debo terminar señalando que soy práctico, y esto me gusta, aún a fuerza de reconocer que soy algo simplón.

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